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EGV: arquitectura con
carácter propio
Ernesto Garrido fundó EGV hace de 20 años
habiendo realizado más de 240 proyectos urbanos
en Madrid, Segovia, Málaga, Almería,
Castellón, Alicante, Ávila y Salamanca.
En algunos de ellos, la firma ha desarrollado una
labor de asesoría a la sociedad Promotora,
que va desde la búsqueda del suelo y su tramitación
urbanística, hasta la realización de
las gestiones de la Promoción del complejo
inmobiliario; en otros, el proyecto y la dirección
de obra.
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EGV
ha realizado varios proyectos de arquitectura y de
planeamiento urbanístico en Madrid y Almería
a promotores catalanes.
La obra desarrollada por este estudio abarca diversas
tipologías como proyectos de edificios de oficinas,
multifamiliares en bloque, viviendas unifamiliares
adosadas, residencias de ancianos, edificios hoteleros,
rehabilitación de edificios de viviendas, diseño
interior e implantación bancaria, comercial
y de ocio, proyectos de planeamiento urbano, como
planes parciales, planes especiales, estudios de detalle
y proyectos de parcelación, compensación
y urbanización .
“En los comienzos del estudio EGV -explica Ernesto
Garrido- sentíamos la existencia de un vacío
entre las formas del entorno cultural y las herramientas
que en su día nos enseñaron a utilizar
en nuestra profesión de arquitectos, y que
existían unos objetivos arquitectónicos
emergentes, una asignatura nueva que no habíamos
desarrollado pero que debía ser investigada:
la técnica.
Con la apertura española al Mercado Común
comenzaron a llegar nuevas tecnologías constructivas
y de domótica que debíamos integrar
a nuestros proyectos. Esta investigación nos
llevó a proyectar más allá de
los objetivos inmediatos, creándonos un interés
por lo instrumental y lo tecnológico pero no
como vehículo hacia los estereotipos, hacia
la extravagancia”.
Proyectos en Bravo Murillo
Este proyecto supuso un gran estímulo para
esta firma madrileña, ya que se trataba de
recrear, las manzanas de viviendas de la clase media
que en la segunda mitad del siglo XIX florecieron
en Holanda y Austria. “Cuando nos encargaron
este proyecto, compuesto por 10 edificios, nos sedujo
la idea de adueñarnos de una calle de la ciudad.
Nunca hasta entonces se había concebido la
posibilidad de romper la estructura urbana vinculante
de una ciudad, que se corta en trozos una y otra vez,
por una y mil calles que transportan al ciudadano
desde su lugar de residencia hasta su trabajo. Por
primera vez pudimos plantearnos construir una calle
para pasear y deambular y no para ser pasto del humo
del automóvil. Se nos ofreció el privilegio
de diseñar una calle que no lleva a ningún
sitio, una calle con principio y fin, una calle dentro
de un edificio y no un edificio rodeado de calles.”,
cuenta Ernesto Garrido.
Las instalaciones del edificio están escondidas
en las fachadas mediante elementos de carpintería.
Éstos se han utilizado para un doble uso: cerrar
los locales y servir de ventilación de los
sótanos.
Tendencias
El objetivo de EGV es el de obtener un equilibrio
entre el papel de gestor/coordinador y el de creador/diseñador
de los arquitectos, además de cumplir con los
objetivos propuestos por sus clientes/promotores sin
olvidar por ello que el edificio resultante debe contener
una impresión de las emociones artísticas
del arquitecto. “EGV no pretende seguir una
determinada tendencia, sino que estamos a favor de
una cultura de la responsabilidad del proyecto más
allá de la moda del momento”, concluye
Ernesto Garrido.
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